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domingo, 19 de septiembre de 2010

Deisy Maria Jaramillo Muñoz " Don de la amistad "


Todos los seres humanos estamos capacitados para entablar relaciones auténticas de amistad, pero es bien cierto también que la vivencia de este regalo de Dios adquiere, para los cristianos, una dimensión diferente, es la amistad con el tinte del Reino de Dios.

Desde el principio Dios, que es Amor, nos creó a su imagen y semejanza (Gn 1,26): con inteligencia, voluntad y capacidad de amar. Fuimos creados, pues, por amor y precisamente para amar, porque como dice el Papa Juan Pablo II “El amor es la vocación fundamental e innata de todo ser humano”. (FC 11)

Sin embargo, en el paso del tiempo se ha ido desvirtuando el sentido original del amar. Así, el amor de los padres a los hijos, el amor de los amigos, el amor cristiano y el amor de pareja se han visto confundidos y por muchos reducidos al amor meramente sensual.

Así mismo, la amistad queda a veces disminuida a la sola camaradería: “los cuates”, la pandilla, los compañeros de parrandas y otras aventuras; quien invita a comer o hace algún regalo quizá. Es interés, provecho personal, ventaja, protección y a veces hasta encubrimiento y complicidad.

Mas la verdad del amor la tiene quien es en sí mismo la Verdad y el Amor. El “Amaos los unos a los otros…” de Jesús, tiene sentido pleno y perfecto en “…como yo los he amado” (Jn 13,34), hasta la donación de la persona en su totalidad. Toda amistad es don (regalo de Dios) para donarse, para dar la vida hasta el sacrificio, de manera comprometida y con el cometido de lograr la felicidad y la salvación. Jesús es el fundamento del amor de los amigos y sentido de su existencia.

Una amistad vivida desde Cristo es siempre una amistad de crecimiento y es plena cuando acerca al cielo a las personas. Se dice madura cuando no busca las propias complacencias y la satisfacción personal sino el bien del amigo o amiga y la superación de las adversidades mediante el diálogo oportuno. Sus notas características son el respeto, la confianza, la transparencia y la pureza de intenciones, la corrección fraterna y el apoyo mutuo. Evidentemente la amistad no es completa desde el principio, se supone un proceso de conocimiento y paulatina maduración, es como una planta que sembrada y cuidada crece y da fruto a su tiempo.

Un amigo o amiga es: Puente hacia Dios, baluarte y fortaleza, gran tesoro, brazos abiertos, hombro que conforta, manos que se unen para orar por ti, sonrisa amable, mirada comprensiva, encuentro alegre, palabra de ánimo, libro abierto, utopía vencible, ruptura con el egoísmo, es hermano y alguien con quien podemos hablar como si habláramos con nosotros mismos; es, en fin, compañero de camino hacia la casa del Padre.

Lo importante no es buscar amigos (Dios los da cuando los necesitamos) sino ser amigo, y serlo a la manera del Maestro: Hasta dar la vida; compartir el tiempo, el espacio, las experiencias, atención, presencia y calidez humana.

Hoy es un buen día para ser amigo, para perdonar al amigo lejano y pedir perdón al amigo ofendido. Hoy es un buen día para orar por el amigo y para dar gracias al Señor por este magnífico regalo. Hoy es un buen día para compartir la vida, porque precisamente la Amistad es don para compartir¡¡¡

martes, 7 de septiembre de 2010

Pedro Pablo Petro Martinez "Dios es Amor"


Dios es Amor, Verdad inconfundible.
Dios es Amor. Y es tal su inmensidad,
que ante su Amor no existe el imposible,

y al pecador le ofrece eterna Paz.

Indigno soy de que El en mí pensara.
Yo sé que no merezco su perdón.
Mas con su Amor me limpia y fiel me ampara.
Su Gracia tengo cual precioso don.

Dios es Amor, y lo es, de tal manera,
que a Su Hijo dio por mi alma redimir,
y en cruz murió para que yo tuviera
en su mansión, eterno porvenir.

Dios es Amor. Mas lo que no comprendo,
es que el mortal rechace su Bondad.
Desprecie el don de Dios, y esté escogiendo
su perdición por propia voluntad.

Dios es Amor, y mi alma lo celebra
dando alabanzas a mi Salvador.
Por su Bondad cambió mi suerte negra,
y hoy brilla en mí la lumbre de su Amor
.

domingo, 6 de junio de 2010

Pedro pablo petro martinez



Desde la antigüedad se ha llamado Rey a Jesucristo, en sentido metafórico, en razón al supremo grado de excelencia que posee y que le encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que:

  • reina en las inteligencias de los hombres porque El es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de El y recibir obedientemente la verdad;

  • reina en las voluntades de los hombres, no sólo porque en El la voluntad humana está entera y perfectamente sometida a la santa voluntad divina, sino también porque con sus mociones e inspiraciones influye en nuestra libre voluntad y la enciende en nobles propósitos;

  • reina en los corazones de los hombres porque, con su supereminente caridad y con su mansedumbre y benignidad, se hace amar por las almas de manera que jamás nadie —entre todos los nacidos— ha sido ni será nunca tan amado como Cristo Jesús.


Sin embargo, profundizando en el tema, es evidente que también en sentido propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad de Rey, ya que del Padre recibió la potestad, el honor y el reino; además, siendo Verbo de Dios, cuya sustancia es idéntica a la del Padre, no puede menos de tener común con él lo que es propio de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas.

Ahora bien, que Cristo es Rey lo confirman muchos pasajes de las Sagradas Escrituras y del Nuevo Testamento. Esta doctrina fue seguida por la Iglesia –reino de Cristo sobre la tierra- con el propósito celebrar y glorificar durante el ciclo anual de la liturgia, a su autor y fundador como a soberano Señor y Rey de los reyes.

En el Antiguo Testamento, por ejemplo, adjudican el título de rey a aquel que deberá nacer de la estirpe de Jacob; el que por el Padre ha sido constituido Rey sobre el monte santo de Sión y recibirá las gentes en herencia y en posesión los confines de la tierra.

Además, se predice que su reino no tendrá límites y estará enriquecido con los dones de la justicia y de la paz: "Florecerá en sus días la justicia y la abundancia de paz... y dominará de un mar a otro, y desde el uno hasta el otro extrema del orbe de la tierra".

Por último, aquellas palabras de Zacarías donde predice al "Rey manso que, subiendo sobre una asna y su pollino", había de entrar en Jerusalén, como Justo y como Salvador, entre las aclamaciones de las turbas, ¿acaso no las vieron realizadas y comprobadas los santos evangelistas?

En el Nuevo Testamento, esta misma doctrina sobre Cristo Rey se halla presente desde el momento de la Anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen, por el cual ella fue advertida que daría a luz un niño a quien Dios había de dar el trono de David, y que reinaría eternamente en la casa de Jacob, sin que su reino tuviera jamás fin.

El mismo Cristo, luego, dará testimonio de su realeza, pues ora en su último discurso al pueblo, al hablar del premio y de las penas reservadas perpetuamente a los justos y a los réprobos; ora al responder al gobernador romano que públicamente le preguntaba si era Rey; ora, finalmente, después de su resurrección, al encomendar a los apóstoles el encargo de enseñar y bautizar a todas las gentes, siempre y en toda ocasión oportuna se atribuyó el título de Rey y públicamente confirmó que es Rey, y solemnemente declaró que le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.

Pero, además, ¿qué cosa habrá para nosotros más dulce y suave que el pensamiento de que Cristo impera sobre nosotros, no sólo por derecho de naturaleza, sino también por derecho de conquista, adquirido a costa de la redención? Ojalá que todos los hombres, bastante olvidadizos, recordasen cuánto le hemos costado a nuestro Salvador, ya que con su preciosa sangre, como de Cordero Inmaculado y sin tacha, fuimos redimidos del pecado. No somos, pues, ya nuestros, puesto que Cristo nos ha comprado por precio grande; hasta nuestros mismos cuerpos son miembros de Jesucristo.

domingo, 30 de mayo de 2010

Deisy maria jaramillo muñoz



Muchas personas afirman creer en Jesucristo, pero su creencia no concuerda con lo que enseña la Biblia. ¿Cómo puede usted saber si su fe en él es genuina?

Todo el Nuevo Testamento nos exhorta a creer en Jesucristo. El conocido versículo de Juan 3:16 explica que Dios amó al mundo y dio a su Hijo para que “todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Otros pasajes bíblicos prometen que aquellos que creen en Jesús recibirán el perdón de sus pecados (Hechos 10:43) y la salvación (Romanos 1:16). Sin lugar a dudas, creer en Jesús es muy importante.

En reconocimiento de estas instrucciones, a muchos se les ha dicho que lo único que necesitan hacer es creer en Jesús para recibir el beneficio de todas sus bendiciones prometidas. Pero lo que muchos no entienden es lo que en realidad Jesús y los escritores del Nuevo Testamento quisieron decir cuando se refirieron a “creer”. La gran mayoría de quienes hoy en día afirman ser cristianos suponen que esta palabra significa simplemente reconocer a Jesús como el Salvador.

Muchos maestros bien intencionados, pero equivocados, han dicho que la creencia en Jesús no exige nada más. Su razonamiento es que si esta fe va acompañada de obras, la persona está tratando de ganarse la salvación, algo que es imposible hacer (Gálatas 2:16). De hecho, es por gracia, es decir, por el favor de Dios para con nosotros, incluyendo su don del perdón inmerecido y gratuito, que somos salvos (2 Timoteo 1:9; Efesios 2:5, 8).

Pero si no se requieren obras, ¿significa esto que si alguien que cree que Dios existe y que Jesús es su Hijo y por lo tanto está dispuesto a recibir todas las promesas de Dios, no necesita hacer nada más? ¿Significa que tal persona puede vivir una vida de inmoralidad sexual, mentira, robo, asesinato y quebrantamiento de todos los mandamientos de Dios, y aun así recibir la vida eterna?

Los seres humanos han luchado por muchísimo tiempo para entender la relación entre la fe en Jesús y las buenas obras. Abundan las opiniones e interpretaciones humanas. Dejemos éstas a un lado y veamos cómo Jesús y los escritores del Nuevo Testamento explican lo que verdaderamente significa creer en Jesús.
Creer significa aceptar todas las enseñanzas de Jesús

Después de alimentar milagrosamente a 5000 hombres, además de muchas mujeres y niños, con cinco panes y dos pequeños peces, los discípulos recogieron 12 canastas llenas de la comida que sobró (Juan 6:5-13). “Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Éste verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo” (v. 14), una referencia al gran sucesor de Moisés profetizado en las Escrituras. Estos hombres creían que Jesús verdaderamente era de Dios.

Después que Jesús se alejó de allí, muchos de aquellos que habían disfrutado la milagrosa comida empezaron a buscarlo. Querían que Jesús hiciera otro milagro, diciendo que esto les ayudaría a creerle (v. 30).

Pero entonces, en lugar de efectuar otro milagro, Jesús instruyó a la gente. Explicó que, contrariamente al pan físico que la multitud había comido, él era el verdadero pan del cielo que daría vida al mundo entero (vv. 32-33).

Les dijo también: “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (v. 53). Con esto se refería a los símbolos del pan y el vino en el servicio anual de la Pascua, interiorizando su significado y afirmando la relación de pacto que sus seguidores tienen con él. Esto culminaría finalmente con la vida eterna (v. 54).

Para muchos de los que escuchaban a Jesús, incluidos sus propios discípulos, les fue difícil entender esta enseñanza (v. 60). Dirigiéndose a esta gran multitud, Jesús procedió a decir: “Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién lo había de entregar”. Después de esto, “muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él” (vv. 64, 66).

Aunque muchas de esas mismas personas habían dicho que creían que Jesús era “el profeta” cuya venida había sido predicha en las Escrituras (v. 14), no creyeron lo que Jesús dijo. Cuando Jesús habló de tener fe en él, incluyó creer todo lo que él decía. Esto significaba muchísimo más que la simple aceptación de los dones gratuitos que él estaba ofreciendo.
Creer significa tener la convicción de obedecer

Una de las muchas tradiciones de los judíos durante el primer siglo consistía en lavarse las manos de manera muy cuidadosa y particular antes de consumir alimento. Al observar que algunos de los discípulos de Jesús habían empezado a comer sin seguir esta meticulosa ceremonia, algunos de los fariseos y escribas expresaron su descontento y le preguntaron a Jesús por qué sus discípulos no habían llevado a cabo ese rito (Marcos 7:1-5).

Jesús les dijo que eran hipócritas por hacer tal pregunta, y declaró que estas palabras del Antiguo Testamento se aplicaban a ellos: “Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres” (vv. 6-7).

Continuando, Jesús dijo: “Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: el lavamiento de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes . . . Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición” (vv. 8-9).

Hoy en día también hay muchos que afirman creer en Jesús pero que siguen los mandamientos de los hombres y no los de Dios. Por ejemplo, en lugar de congregarse para adorar a Dios en el verdadero día de reposo bíblico (desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado) y en las fiestas bíblicas anuales, como Dios lo ordena, adoran en domingo y en días festivos cuyo origen se remonta a cultos religiosos paganos, entre ellos la Navidad y la Pascua Florida.

En su famoso Sermón del Monte, Jesús dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:21-23).

Al acoger la enseñanza correcta de que es imposible ganar nuestra salvación mediante las obras, muchos han adoptado inocentemente la enseñanza errónea de que guardar los mandamientos de Dios no tiene importancia. Las propias palabras de Jesús muestran claramente que él espera que los creyentes rechacen los mandamientos de hombres y guarden los de Dios, aunque esta obediencia no los hace merecedores de la salvación.
Creer significa decidir bautizarse

Una de las ideas más populares entre algunos cristianos profesantes es que el bautismo no es necesario porque todo lo que uno tiene que hacer es aceptar a Jesucristo en su corazón. Al respecto, algunos citan Romanos 10:9, que dice: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”.

Nuevamente surge el tema: ¿qué significa “creer en el corazón”? Y una vez más, en vez de dejar que otros definan lo que constituye “creer”, veamos lo que dijo Jesús.

Al darles instrucciones a sus discípulos acerca de la obra que llevarían a cabo después de su regreso al cielo, Jesús les dijo llanamente: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:15-16)

Jesús enseñó claramente que la fe genuina en él iría acompañada del bautismo. Otros versículos nos muestran que el bautismo incluye arrepentimiento, es decir, el cambio de un estilo de vida pecaminoso a uno de obediencia a las leyes de Dios (Mateo 4:17; Hechos 2:38).

Cuando estudiamos las enseñanzas de Cristo y de sus discípulos, es muy evidente que cuando ellos dijeron que debemos creer en Cristo, lo hicieron con la premisa de que la creencia en él comprendía el bautismo. El bautismo es un símbolo externo de la nueva vida de una persona, basada en el cambio de quebrantar las leyes de Dios a obedecer las leyes de Dios.

La idea de que uno puede creer en Jesús sin obedecer sus instrucciones, sin guardar los mandamientos y sin ser bautizado, es una perspectiva común pero incorrecta desde el punto de vista bíblico. Jesús se refirió a esta misma falacia a comienzos de su ministerio, preguntando: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46).

Por el contrario, él dijo: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” (Juan 15. La verdadera creencia en Cristo no es una experiencia pasiva. ¡Los discípulos de Jesús ponen en práctica las enseñanzas de su Maestro!

Cuando se trata de decidir lo que significa creer en Jesucristo, ¿por qué no creer y poner por obra lo que Jesús mismo dijo?

domingo, 13 de septiembre de 2009

Beatriz rojas more

Reflexiones para un matrimonio feliz

1. Cultive completa sinceridad

“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4:25).

La verdad es dura. Es un riesgo. Requiere vulnerabilidad, confianza y fe. Pero algunas parejas se han cubierto con hojas de higuera, como Adán y Eva, por tanto tiempo, que casi ni siquiera pueden soportar el pensamiento de estar desnudos el uno frente al otro. Se han escondido detrás del engaño por tanto tiempo, que casi ni pueden reconocer la verdad. ¡Qué triste vivir en una trampa así! Si la verdad nos hace libres, entonces ningún matrimonio es más esclavo que el matrimonio que está envuelto es engaños, falsedades y mentiras. Descártelos y decida hoy empezar a decir solo la verdad.

2. Exprese el enojo de manera apropiada y en el momento apropiado

“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo” (Efesios 4:26-27).

Tal vez a usted, como a mí, se le enseñó al crecer que la ira siempre era pecado. Pero no toda la ira es mala. Debemos enojarnos al ver que se defrauda a inocentes o se destrozan los buenos valores. Debemos temblar con cólera cuando vemos que se maltrata a un niño. Hacer a un lado una seria ofensa de parte de su compañero más cercano, más confiable – su cónyuge– es una señal segura de que los dos están desconectados. Un matrimonio que se caracteriza por el mutuo respeto, da a cada cónyuge suficiente espacio para que exprese sus sentimientos y emociones de ira. En mi experiencia, manejar la expresión de ira requiere trabajo en equipo. El cónyuge enojado debe ejercer dominio propio –”no pequéis”–, en tanto que el otro responde apropiadamente a las expresiones de ira. La manera más rápida de calmar a un cónyuge enfadado es escuchar. Esfuércese para oír lo que su cónyuge está expresando –aunque lo haga pobremente– y muestre empatía.

3. No le robe a su cónyuge

“El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efesios 4:28).

Un matrimonio incluye más que posesiones materiales. Es una comunidad de dos, cada uno habiendo intercambiado promesas y expectaciones. Mi tiempo, mi confianza, mi trabajo, lo mejor de mí mismo, incluso mi cuerpo le pertenece en parte a mi esposa. Cuando yo retengo o violo cualquiera de esas cosas, le robo a ella lo que por derecho le pertenece.

Le robo cuando permito que alguna otra cosa invada el tiempo que le he prometido a ella. Le robo cuando doy lo mejor de mí mismo a la iglesia y no dejo nada para ella en casa. Le robo cuando revelo lo que ella me ha pedido que guarde en forma confidencial. Las parejas se roban uno al otro al usar egoístamente el dinero de la familia.

Guarde las cosas de su matrimonio que le pertenecen a su cónyuge. Guárdelas seguras y úselas sabiamente.

4. Cuide escrupulosamente su habla

“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuiste sellados para el día de la redención” (Efesios 4:29-30).

Cada vez que abrimos la boca edificamos o destrozamos a nuestro cónyuge. Cuando afirmamos o atacamos. Pocas cosas pueden dividirse tan claramente en categorías de edificantes o pútridas, y nuestra habla es una de ellas. En forma extraña, nos cuidamos mucho más de hablar cortésmente a la gente en público que a nuestros cónyuges. ¡Qué triste es para nosotros, y cómo aflige al Espíritu Santo presenciar eso!

5. Sea amable

“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31-32).

y sobre todo una vida consagrada con Dios...

martes, 16 de junio de 2009

pppetromz : La importancia de la oracion


Para mi la oracion es un medio muy importante para comunicarnos con Dios, nunca devemos dejar de hablar con el, ya que es el unico ser maravilloso, es el padre celestial que nos ama y que siempre cuida de nosotros nos ayuda afrontar todos los problemas de la vida, el comunicarse con Dios nos da fuerzas para seguir adelante.


P
ara hablar con Dios es necesario que creas que Él es y que está para galardonar a los que le buscan. En otras palabras ... Tienes que tener Fe en el Dios de amor. "Sin fe es imposible agradar a Dios ..." (Hebreos 11:6)

Nuestra Fe es probada cuando hablamos con Dios, porque, estamos dirigiéndonos a alguien a quien nuestros ojos físicos no ven. Locura ... para el incrédulo, pero, para el creyente, es una necesidad y un deleite. Tú no ves al viento con tus ojos, pero sabes que existe porque lo sientes, ¿verdad? Lo mismo es con Dios, no lo vemos, pero, porque creemos en Él, lo sentimos. "Fe es ... la convicción de lo que no se ve." (Hebreos 11:1)

Solo podemos establecer esa relación de amistad con Dios a través de Jesucristo, quien tomó nuestro lugar en la cruz para que pudiéramos tener paz con Dios.("Nadie viene al Padre ... sino por mí." Juan 14:6) Por eso, oramos al Padre en el nombre de Jesús. Y como no sabemos pedir como conviene, necesitamos la asistencia del Espíritu Santo, quien nos ayuda en nuestra debilidad intercediendo por nosotros conforme a la voluntad de Dios. (Romanos 6:26-27)

La oración del justo es el gozo de Dios, por lo que Él espera que le alabemos, lo adoremos, le demos gracias por las bendiciones que cada día derrama sobre nuestras vidas y ... también espera que le pidamos. Se agrada cuando le confiamos todos nuestros asuntos y creemos de todo corazón que Él puede suplir todas nuestras necesidades ... espirituales, físicas y materiales.

Cuando oramos afirmamos nuestra fe, confirmamos lo que somos en Cristo, reconocemos nuestra debilidad, dependencia y necesidad de Él y fortalecemos los lazos de amistad con nuestro amado Salvador. Los resultados de ese encuentro: una paz que sobrepasa todo entendimiento y una gratitud inmensa hacia nuestro Padre celestial por su gran e inefable amor.

¿Quieres aventurarte en el mundo de la fe y experimentar lo que hasta ahora ha sido para ti desconocido? Lo era para mí antes de conocer al Admirable, y ahora, me gozo en las maravillas que hasta entonces estaban vedadas por mi ceguera espiritual. Pero, un día ... "Me llevó a la casa del banquete que para mí tenía preparado, y su bandera sobre mí fue amor." (Cant. 2:4)

"Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,
y es hermosa la heredad que me ha tocado." Sal.16:6

No menosprecies el amor de Dios ni tengas en poco su amistad. Toma hoy la decisión de restaurar tu vida de oración y mejorar tu relación con Aquél que su vida dio por ti. Con sus brazos bien abiertos y su mirada tierna llena de amor ... Él te está esperando. Acude cada día a la cita más importante y ... vivirás la diferencia.

domingo, 24 de mayo de 2009

LUIS MEDINA

hola amigos de "cristo es mi anhelo" esta ves estoy aqui comentandoles sobre las grandes bendiciones que Dios ha hecho en mi vida una de ellas es conocer a una gran persona, amigo y hermano ala ves, es el que ven en la foto de arriba.
gracias a este amigo regrese a los pasos del señor de nuevo, y se lo agradesco de todo corazon.
por ser una gran amistad para mi le respondo una pregunta que el me hizo, la religion no es la que no nos permite hacer cosas que para nosotros son buenas es el amor de Dios el que no nos permite hacerlas es el temor a el por que cada persona sabemos que es lo malo y que es lo bueno...
luis me ha enseñado el verdadero concepto de la amistad aunque solo nos conocimos en internet pero esas son las personas que Dios usa para que nos den un mensaje de aliento, ¡gracias luis!


Amigo mío, la vida nos juntó, hicimos historia, y ahora todos esos recuerdos valen el oro entero del mundo.

• Hoy quiero decirte amigo, sin que la vergüenza me embargue, que fuiste, sos y serás para mí el hermano que la vida me dio.

• Amigo quiero agradecerte por soportar mis defectos, tolerar mis humores, y por sobre todas las cosas por entenderme.

• En gratitud por tu amistad, quiero desearte una larga vida, buena fortuna y alegría, en cualquier parte donde te encuentres.

• No te ofendiste cuando levante la voz, no me juzgaste cuando caí en desgracia, no te enfadaste cuando te desoí. Fuiste siempre un amigo. Gracias.

• Un puente de mi mundo al tuyo y viceversa; eso es nuestra amistad.

• Los momentos difíciles hicieron que nuestra amistad se hiciera mas fuerte, los buenos nos permitieron disfrutarla.

• No me siento solo, amigo, porque se que cuando te necesite estarás conmigo.

• Me tendiste tu mano para sacarme del barro de la vida. Tu gesto fue tan elocuente, que por primera vez entendí lo que era un amigo sin que hicieran falta palabras.


jueves, 26 de marzo de 2009

pppetromz_3: Mis Sobrinos


Quienes me conocen saben perfectamente, que mis sobrinos son para mí lo mejor de lo mejor… Cuando pienso en el mayor regalo que han podido hacerme mis hermanos, no dudo en un instante en afirmar, que el ser TIO ha sido para mí, la mayor alegría y bendición. Estos son mis sobrinos: CARLOS ARTURO PETRO GALVIS, CAROLINE PETRO GALVIS , LUISA MARIA PETRO MUÑOZ ( Hijos de Arturo Jose Petro Martinez ).

Si hay algo que disfruto enormemente es mi rol de Tío y Amigo, los momentos divertidos que compartimos, el sentir como ellos al verse ya más altos que yo, me miman y me cuidan; sé que me ven como alguien fantástico y se sienten orgullosos de tenerme como Tío… Yo los amo demasiado, son lo más dulce y hermoso que tengo en la vida…

martes, 14 de octubre de 2008

La gracia del señor esta conmigo


Hola soy de nuebo pedro petro esta ves escribo para darles las gracia a esas personas que aun siguen los caminos del señor, por que la verdad vale la pena.
un saludo muy grande a "CEIDER" al visitante que me dejo el comentario le doy las gracias por visitar mi web y espero que te alla sido de gran ayuda para lo que buscabas...
y claro! me gustaria contactarme con vos muy pronto dejare mi "link" la direccion de mi msn para aquellos que quieran comunicarse conmigo lo puedan hacer.
y le doy gracias a dios por dejarme conocer personas tan geniales como lo son ustedes y de nuebo les digo muchas gracias por sus visitas y comentarios

TODO TOMA TIEMPO

La paciencia es una virtud que merece nuestra mayor atención. ¿Cuántas veces has retado la sabiduría de Dios al pensar "¿Porqué eso es así?" o "¿Porqué aquél / aquélla y no yo?", sólo para darte cuenta más adelante en tu camino que lo que Dios sabía lo que permitía? ¡Muchísimas! La impaciencia es una treta del enemigo para minar nuestra confianza en Papa Dios. Una vieja anécdota de una anciano chino, su hijo y sus vecinos ilustra la sabiduría en ser paciente.

Un día un caballo de la casa del anciano se soltó y huyó a las colinas. "Un caballo se nos ha escapado" dijo el viejo chino "¡Qué mala suerte!", le dijeron vecinos. Les dijo el viejo chino. "¿Porqué dicen que es mala suerte?"

Efectivamente, la noche siguiente el caballo regresó al establo, junto con doce caballos sementales más. El hijo del granjero, al ver esto dijo: "Vienen doce sementales detrás de nuestro caballo." al ellos entrar, el coral, él cerró la puerta y puso la cerradura. Al enterarse los vecinos de esta noticia, corrieron a la casa del granjero pare decirle, "¡Mira, tienes 13 caballos ahora! ¡Qué buena suerte!". El viejo chino les dijo: "¿Cómo saben que eso es buena suerte?".

A los poco días por la tarde, el hijo estaba trabajando con un trío de sementales, cuando fue arrojado al suelo y se rompió una pierna. Los vecinos vinieron esa misma noche para manifestar su tristeza y dolor al granjero, y dijeron: "Tu hijo se he rota una pierna, ¡Qué mala suerte!" El viejo granjero respondió una vez más: "¿Cómo saben que es mala suerte?"

Efectivamente, a los pocos días más tarde se levantó una guerra y pasaron unos sargentos para el pueblo pare llevarse a los jóvenes que estaban en buena salud. Los 10 jóvenes a los que se llevaron, nunca regresaron; pero al hijo del granjero se salvó de ir a la guerra y morir debido a la pierna rota.

Los hijos del Altísimo no tienen suerte, pero si desarrollan paciencia, verán su fe en el Señor crecer. Tengamos paciencia y fe en Dios. El nos mostrará lo que podamos necesitar para ser victoriosos en Su nombre. Dale tiempo a Dios y El te contestará todas tus preguntas y dudas de manera que dirás: "¡Que bien hace Dios todas las cosas!". Dale tiempo para que El pueda mostrar sus bondades, su cuidado y amor contigo todos los días. Dale tiempo a El y El te la dará a tí.

martes, 7 de octubre de 2008

pppetromz_2


Hola! para los que aun no me conocen soy "pppetromz" pedro pablo petro martinez, tengo 22 años de edad y buscar los caminos del señor fue lo mejor que me pudo haber pasado, desde que fui muy niño ya conocia del señor por que mi mamá siempre me llebava a la iglesia, pero cuando estamos a esa edad nunca le prestamos mucha atencion a las cosas del señor. cuando grandes nos damos cuenta de que es muy importante tener a jesus en nuestro corazon, por eso le doy las gracias a nuestro padre celestial por permitirme estar con vida y por haberme dado esa familia tan linda a la que yo quiero mucho.

tengo cuatro hermanos, yo soy el menor y todos somos cristianos, tengo una super mamá si no fuera por ella nunca hubiera tomado este camino, la quiero mucho es la mejor del mundo pudo sacarnos a delante, es algo que cualquiera madre haria por sus hijos.

¿los amigos existen? para mi...
los amigos si existen lo digo por alguien que siempre me supo valorar como persona y que siempre estubo alli para ayudarme y darme grandes consejos ¿quien es? es alguien a quien quiero muchisimo lo considero como mi hermano su nombre es
"ezco" ezequiel cermeño mi unico y gran amigo. le doy las gracias a dios por darme a conocer personas tan especiales...

A los visitantes de este blog les digo que muchas gracias por las visitas y espero que sigan visitando, dejen sus comentarios e inquietudes ya que son muy importantes para mi, ya saben que aqui tienen un amigo mas...
nunca se aparten de los caminos del señor, les deseo lo mejor, y que el señor los bendiga

viernes, 12 de septiembre de 2008

pppetromz_1



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